A medida que el consumidor evoluciona hacia modelos más digitales, y sobre todo más enfocados a la experiencia, aparecen cambios en el consumo que deben ser tenidos en cuenta, ya que no solo van a implicar nuevos crecimientos, y nuevos comportamientos, sino van a llevarnos a un escenario incluso de replanteamiento de los actuales planes de diseño urbano.
Por un lado, tenemos como el e-commerce continúa su notable crecimiento, incluida la tipología de producto bulky and heavy; de hecho, según algunos estudios, se prevé que el 35% de las ventas de muebles en todo el mundo se realizarán online para 2025.
Y por el otro nos encontramos un consumidor cada vez más exigente y empoderado que exige una experiencia óptima, rápida, sin fricciones y sostenible, donde cada vez más la experiencia de uso del producto está ganando peso respecto a la posesión de este.
En una era en la que el tiempo se convierte en un recurso cada vez más escaso, la gente está buscando más eficiencia para lograr lo imposible en el poco tiempo que tiene. Esto condiciona las decisiones de este consumidor que busca cubrir este tiempo anteponiendo las experiencias de consumo ágil y dinámico. Es en este punto que los fabricantes están encontrando formas de ‘servicificación’ de sus productos, es decir, reemplazar una venta única tangible por soluciones satisfactorias de consumo fácil y cómodo.
Este modelo de ‘Product as a Service’ no solo proporciona los medios para satisfacer las necesidades del usuario, además los fabricantes ahora están entregando el valor real de ese objeto tangible.
Esta tendencia ya es una realidad en productos como automóviles, y es algo que en breve veremos en nuestros hogares, especialmente en productos de gran formato (electrodomésticos, home fitness, jardinería, bricolaje, muebles y electrónica).
Desde el punto de vista del transporte y la logística, actualmente el segmento del servicios domiciliario del producto XXL se está viendo sometido a una gran tensión ya que el consumidor ha elevado su listón de expectativa y no diferencia entre un producto ‘pequeño’ de uno voluminoso que exige una logística singular, desde los flujos de aprovisionamiento y tratamiento de la mercancía hasta la entrega mediante equipos de dos personas, amén de las herramientas tecnológicas imprescindibles para ser efectivos en primera entrega.
Es fácil imaginar que este complejo escenario va a incrementarse de forma exponencial tan pronto el modelo de ‘Product as a Service’ llegue a implantarse, ya que eso reducirá el tiempo de ‘posesión’ del producto y en consecuencia multiplicará los tránsitos urbanos para nuevas entregas.
Por todo ello, es importante que el sector trabaje para anticiparse a estas nuevas tendencias de consumo que van a llegar, y exigir colaboración público-privada en todo aquello que signifique el diseño de los nuevos entornos urbanos. Dado que la gran mayoría de estos productos no pueden ser entregados en lockers o puntos de conveniencia, será necesario facilitar un acceso fácil y lógico a los domicilios de los consumidores, que permitan la entrega de estos productos. Necesitamos colaboración, creatividad y empatía para tener éxito ante los futuros retos.
Artículo de opinión publicado en el nº276 de Logistica Profesional
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